
El caballo nos enseña y nos ofrece su aceptación incondicional, sin juicios, nos acepta tal cual, sin importarle nuestro físico, nuestra cuenta corriente, nuestros orígenes, ni nada más de nuestra vida que nuestra presencia en ese momento, nuestra esencia.
Nos transmiten fortaleza, lealtad, libertad, paz, sosiego, el gusto por la vida, simplemente por el estar, no por lo que “somos”.
Nos informa que los problemas que surgen en la relación con  ellos siempre tienen que ver con cómo estamos,  son el espejo  de nosotros mismos, es por ello que tenemos que tener muy claras las cosas antes de interactuar con  ellos, nos exigen saber qué queremos de ellos( y antes,  de nosotros mismos),  estar claros y conscientes, conocer nuestras  limitaciones, nuestras carencias,  nuestras formas de contactar el mundo en  general, nos exigen disciplina y firmeza para poder respondernos y ofrecernos lo que les estamos pidiendo, siendo imposible obtenerlo de otra manera.  Nos exigen llevarlos con la cabeza y con el  corazón, no con la fuerza.
Nos demandan  tranquilidad y relajación en el trato  con  ellos y respeto  de su espacio vital y su ritmo  desvelándonos con  ello el  nuestro propio e invitándonos a respetar el proceso natural de las cosas.
Nos enseñan de la necesidad de los demás y de la vida  armónica en sociedad a la vez que de nuestra autonomía y responsabilidad.
Nos enseñan paciencia con  ellos y nosotros mismos para llegar a coordinarnos y obtener lo mejor y más sano para ambos en nuestro  relacionando.
Nos demandan comunicación a través de nuevos canales  lo que nos ayuda a desarrollar nuestras aptitudes y a despertar nuestros sentidos.
Los caballos nos sólo nos aceptan, sino que nos ayudan a aceptar de forma más natural y espontánea a nosotros mismos y a los acontecimientos tal y como vienen, para mantener así un estado  lo más saludable posible para nosotros mismos y ya de paso a quienes nos rodean. Nos ayudan a fluir con la vida, con lo que hay, y a dejar de oponernos a las obviedades presentes para así  poder superarlas y crecer aliviando   y transformando el  sufrimiento.
Consultas en caballosterapeutas@yahoo.com.br
Con Gustavo Becerra Pérez fono: 09/ 91690983
 
